Puedo afirmar sin lugar a dudas que compro muchos más libros de los que leo.
Los quiero, los compro, los tengo, los veo en mi estantería… a veces hasta los ordeno por colores. Y leo lo que puedo, a rachas, según vayan mi cabeza, mi tiempo y la calima. Pero ahí están.
Mi flaqueza es que me creo los libros que leo. Sean del tipo que sea. Eso me alimenta y me limita a partes iguales. Pero así soy.
Y ya, la calma no es lo mío, pero… ¿y si al escribirlo en francés me lo termino creyendo?