Las mato todas.
No hay otra forma de decirlo. Antes o después, las mato.
Así que he decidido bordarlas:
Sí tengo que decir que de un tiempo a esta parte he empezado a hablarles (a las de verdad, que estoy loca pero no tanto como para hablarle a la tela). Y oye, que parece que me escuchan y están más contentas. Tienen otro brío.
A lo mejor es que estamos todos un poco necesitados de palabras sencillas, directas y ya. Vaya año.
Sigue hablándoles. Hasta las más desesperadas resucitarán.
No sé yo… hay dos que se me están rebelando de más. Pero yo lo seguiré intentando.