Todos (quien más, quien menos), vamos acumulando nudos en estas semanas. Están los nudos que nos vienen de fuera: la realidad que nos pega bofetadas a golpe de noticiero un día sí y otro también, como una pesadilla que se nos alarga de 15 en 15 días. Y están los nudos de dentro, tensados inevitablemente por la falta de movimiento y aire fresco.
El caso es que mientras le damos vueltas a lo que será de todos nuestros nudos cuando volvamos a la normalidad (volveremos a la normalidad), no se me ocurre a ratos otra cosa que tener actitud:
Que nadie nos diga, al menos, que no lo intentamos.


Es una entrada preciosa, una tarjeta magnífica y un mensaje en el que apoyarse. Actitud.
Necesitamos mensajes en los que apoyarnos.
Ahora que la veo de cerca y en detalle, me gusta más, mucho más que ayer. ¡¡¡Requetebonita!!! Dulce, adorable, simpática… Sonríamos, sí, ese es un consejo de 10.
Besos de colores.
Pues sí, no nos viene mal el color en estos días.
Qué tarjeta tan preciosa y qué capacidad la tuya de transformar los nudos en cosas bonitas. Al mal tiempo buena cara, parece que dicen estas niñas con chubasquero y paraguas. Y esa es la actitud, porque sin actitud los nudos se multiplican. Sigue escrapeando!
Sigo haciéndolo. Que los nudos me pillen en otra cosa.
Es que hablas tan bien, que yo, mejor me callo.
Sólo, que esta preciosa tarjeta transmite justo lo que querías, y de eso se trata.
Besos!
Como te vas a callar tú, que aciertas tanto cuando hablas. Que no me entere yo.