Nunca se me ha dado especialmente bien montar en bicicleta. Ni me ha gustado.
Tampoco se me da bien dibujar, ni quitar piojos, ni adivinar a primera vista si alguien tiene fiebre. A ver, que no pasa nada, que otros talentos tendré, pero no esos.
Así que, haciendo un alarde de imaginación, mirad qué bici más resultona me he agenciado:
Sigue leyendo